domingo, 27 de agosto de 2006

puntos de vista

El día que llegó el nuevo perro
1
EL PERRO
Yo estaba durmiendo, un día de lluvia, cuando Dalia ( la señora que cuida los perros en la veterinaria) me agarró y me llevó al mostrador, donde estaba un nene con su papá.

Estuve un buen rato esperando que decidieran, si me llevaban o no. Por fin dijeron que no y Dalia me llevó a mi jaulita.

Yo ya me estaba durmiendo, cuando , Dalia volvió y me llevó, de vuelta al mostrador. El nene se me acercó y me dijo « hola amigo, sabes qué... te voy a llamar Lolo «

A mi me hubiera encantado decirle « yo no soy tu amigo y ese nombre es horrible « pero en ese momento solo me salía ladrar .

En fin Dalia me agarró y me puso en una caja amarilla, re incómoda. El nene y su papá me llevaron a su auto. Cuando llegamos a su casa abrieron la puerta y a una hermosa mujer y ¡me enamoré!, pero era la mamá del nene. Así que desde entonces siempre estoy llamando su atención: tiro jarrones, me escondo, robo carne y esas cosas que todos los perros hacen así «ella» se da cuenta que estoy enamorado.

2
EL NENE

Era mi cumpleaños, papá me dijo que me tenía una sorpresa, nos subimos al auto y me llevó a una veterinaria! Dalia, que era la señora que tiene los perros, me trajo uno y apenas los vi dije: ¡este!. Lo agarré y le dije «hola amigo, sabés que nombre te voy a poner...¡¡Lolo!!. Estoy seguro de que le encantó el nombre. Luego Dalia lo agarró y lo puso en una caja amarilla que parecía re cómoda. Bueno cuando llegamos a casa Lolo miró a mi mamá con una cara, creo que le cae re mal. Pero yo estoy muy contento con mi nuevo perro.


3
LA MAMÁ

Carlos (mi marido) se fue con Peter (mi hijo) y estuve una rato esperando que volvieran con su juguete. Pero cuando abrieron la puerta una caja amarilla y pensé ¿qué se compró? ¿una colección de libros, una tren de juguete, un robot? Mientras seguía adivinando escuché unos ladridos y me dije «esto no va a ser bueno» y tenía razón. Desde ese día tira jarrones, se esconde, roba carne pareciera que lo hace para molestarme porque le caigo mal. Pero a veces (y esto es un secreto) me pongo a pensar y pobre perro lo debe hacer porque extraña a la veterinaria. Igual después lo pienso bien y me digo «no, lo hace para molestarme».

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