lunes, 27 de agosto de 2007

Tuve una amiga extraña...

Mi nombre es Anabela, pero me dicen Ani. Vivo en una casa bastante grande con mis papás y mi hermano, pero en esta historia vivía en un barrio de Luján.
Una tarde vi por la ventana de mi cuarto que una familia se instalaba en la casa de enfrente. Era una casa hermosa en la que a mi me hubiera gustado vivir. Mientras la gente de la mudanza bajaba las cosas vi que en la familia había una chica que parecía tener los mismos años que yo (trece, por si les interesa). Bajé las escaleras corriendo, cruce la calle y toqué la puerta de su casa varias veces
- Hola, me había atendido ella
- Hola, soy tu vecina de enfrente, me llamo Anabela Cristina Riojaneta, pero puedes llamarme Ani.
- Oh!, mi nombre es Rosana Minuni, me dijo saliendo de la casa.
Al día siguiente tocó la puerta, le abrí y salimos a caminar por el parque, tan conocido por mi, y tan desconocido por ella. Charlamos y pronto éramos amigas. Pasaron meses y la escuela acabó, entonces la invité a la pileta de mi casa.
- No puedo, mi mama está enferma. Me mintió notablemente. Luego de dos semanas volví a insistir.
- Esta bien –dijo- pero sólo un chapuzón
Al día siguiente vino a mi casa con la malla puesta. Me tiré de una a la pileta, pero ella no, parecía pegada al piso
- Vamos Ros, el agua está hermosa. Pero ella no movía los pies de lugar. Pasó media hora antes de que se acercara al agua.
- No lo creo conveniente, murmuró
- Por qué no?
- Porque… pero no llegó a decirlo porque en ese momento mi hermano la tiró al agua y yo no pude más que ponerme a reír. Pero de pronto me di cuenta que ella no estaba y no había salido del agua. Eso era obvio. Salí asustada y me di vuelta a ver si estaba. Pero no.
Pasaron tres días y fui a ver si ella estaba en su casa, pero no había nadie. Pasaron dos días más y fui de nuevo, y esta vez encontré a su padre
-Señor, ¿está Rosana en casa?
-No, hace días que no vuelve a casa
-Porque pasa que vino a mi casa, se tiró a la pileta y desapareció.
-Ah…tranquila, aparecerá hoy a la tarde.
Y así fue que esa tarde, me encontraba en el living cuando vi que una gran burbuja se elevaba desde el agua. Salí al jardín, bastante asustada junto a mi hermano. Entonces la burbuja se rompió y de ella salió una hermosa sirena. Con piel blanquísima y ojos dorados.
-Mi nombre es Cristal, pero en la tierra me dicen Rosana, dijo sonriendo de oreja a oreja
-¿Ros?
-Si, por esto no quería meterme al agua, porque soy esto
-Lo siento, discúlpame
-Está bien. Necesito que me lleves al río Lujan, y en el camino te cuento quien soy.
Tomé la bici y a ella
-Soy una sirena, Cristal, vivo en Pezclencia, cerca del norte del mar. Como todas las sirenas, debo, una vez por año, convertirme e en humana (siempre en Rosana Minuni). Debo hacer una amistad y luego meterme al mar o al rió o a tu pileta (me miró graciosa). Entonces hace cinco días yo debía volver a ser sirena, pero yo no quería, pero, no, no fue la culpa de tu hermano, mi destino es volver y yo no lo puedo evitar.
Pero entonces ya habíamos llegado.
-¿Te volveré a ver?
-No, dijo sumergiéndose en el agua.
Y tenía razón, nunca más vi ni a cristal, ni a Rosana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cami:
soy Zoe, tu hermana, me gusto tu cuento de la sirena, me gustaría que vos tambien me dejes un comentario
con amor
tu hermana
Zoe